GLOSA DEL PREGÓN Y NAZARENO DE HONOR – 2016 -
PRESENTACIÓN Y GLOSA DEL PREGÓN SEMANA SANTA 2016
PRESENTACIÓN PREGONERO:
María Pilar Leal Ferrández
Muy buenas noches a toda la familia cofrade catralense, a los presentes en este acto y a aquellos que nos siguen por la televisión local.
Faltan muy pocos días para que el ambiente de nuestro pueblo se transforme. Las diferentes cofradías, un año más, sacarán sus “Pasos” y, con gran solemnidad, recorrerán las calles más antiguas y tradicionales de nuestra villa, remitiéndonos a los momentos de la PASIÓN, MUERTE y RESURRECCIÓN de Jesús, celebrando con ello, la semana más grande del año para todos los cristianos. Como preparativo a esta SEMANA GRANDE, se realiza este acto sencillo pero a la vez muy emotivo: EL PREGÓN DE LA SEMANA SANTA catralense.
Con gran felicidad e inmenso orgullo voy a llevar a cabo la presentación del pregonero de la Semana Santa 2016, JUAN DE DIOS LEAL CASAINS, mi padre. Me ilusiona sobre todo estar aquí por la gran sorpresa que sé que se ha llevado al verme, pues les aseguro que nunca habría pensado que yo me atreviera a realizar su presentación.
Cuando nos reunimos la familia, por supuesto, sin la presencia de mi padre, para decidir quién iba a realizar este preámbulo, sentí una gran alegría cuando mi madre y mis hermanos me dijeron: “¿Quién mejor que tú para hacerlo? Eres su chiguita”.
He de confesarles que tengo los sentimientos a flor de piel y, al mismo tiempo, siento un gran respeto por la responsabilidad que contraigo, aunque espero que cualquier fallo lo subsane el enorme cariño con el que he redactado esta introducción.
Mi padre ve por primera vez la luz un 6 de agosto del año 1947, es el séptimo hijo del matrimonio formado en la fe y que la mayoría de ustedes conocieron, mi abuelita Maravillas Casaíns y mi abuelo, conocido como el tío Joaquín “el Montano”. Al ser el menor de los hermanos siempre ha sido cuidado por todos ellos con esmero pero, especialmente, por su hermana Maravillas, que ha velado por él como una verdadera madre, ya que cuando nació su Juan de Dios, ella tenía veinte años.
Su infancia, como la de cualquier otro niño, transcurre entre juegos, risas y sueños. He de resaltar que, sobre todo, mi padre guarda un gran recuerdo de sus comienzos escolares como alumno de D. José Navarro Lillo y de su paso por la Academia de Josefita Sierras en donde se prepara para el ingreso a Bachiller allá por el año 1958 y en la que continuará hasta acabar 2º de Bachiller. También siente un cariño especial por los P.P. Franciscanos de Cehegín con quienes estudia 3º y 4º y reválida, viviendo en casa de su hermana Milagros, que residía en esta localidad.
Mi padre obtiene la titulación de Maestro por la Universidad de Murcia en 1968. Diferentes destinos van escalonando su vida profesional: comienza como funcionario interino en Jijona para pasar luego a Crevillente, Callosa de Segura, Catral y Tarragona. Ya obtenida la plaza como funcionario de carrera continúa en Tarragona, para pasar luego a la Pobla de Lillet (Barcelona) y, al curso siguiente, es destinado definitivamente a Catral. Será en nuestro colegio Azorín en donde desarrolle su labor docente con gran amplitud ya que, además de dar clase como especialista en Ciencias Sociales, se hace cargo de la jefatura de estudios hasta el año 1997 en que es nombrado director, cargo que ostenta hasta su jubilación en 2010.
Siempre ha procurado realizar su trabajo con la mayor dedicación y responsabilidad y pienso que su labor ha sido valorada muy positivamente por toda la Comunidad Educativa.
En lo que se refiere a nuestra familia, el 31 de agosto de 1976 se casa con Mª Dolores Ferrández Penalva, mi madre. Su vida en común les ha traído mucha felicidad y les ha regalado tres hijos: mis dos hermanos, Juan de Dios y Antonio José y la que les habla, Pilar.
En esta comunidad cristina comenzó, de la mano de sus padres, a vivir la fe y continúa en ella como miembro activo: forma parte del Coro Mixto Parroquial “Santos Juanes” y es presidente del mismo. Además, siempre ha estado dispuesto para ayudar en cualquier actividad artística de la parroquia ¿Quién no recuerda sus belenes en la Capilla del Pilar colaborando con la Asociación de Amas de Casa?
Su relación con la Semana Santa le viene desde pequeño. Siempre ha pertenecido a la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y de Nuestra Señora de la Encarnación, participando como nazareno en las procesiones de su niñez y juventud.
Actualmente procesiona acompañando al Cristo del Amor en el Descendimiento de la Cruz y ha dejado su huella como pintor, la otra de sus pasiones, con la elaboración de diez cuadros en los que recoge con gran maestría, no solo la belleza de nuestras imágenes sino también el sentir de un pueblo. Esta obra se encuentra en la Capilla de la Resurrección, sede de la Junta Mayor de Cofradías ¡Qué feliz que fue mientras realizaba cada una de esas pinturas! ¡Y las veces que nos llamaba para que viésemos sus avances y fuéramos críticos con la mayor objetividad! Además, ha elaborado el estandarte y el banderín de la cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo y de Nuestra Señora de la Merced, que realiza su estación penitencial el Lunes Santo y diseñó varios años el cartel anunciador del certamen de cornetas y tambores organizado por la banda Santos Juanes de Catral.
Por último, quiero manifestar que, además de sus dos vocaciones, la docencia y la pintura, para él el núcleo fundamental de su vida es la familia y, junto con nuestra madre, nos han transmitido todos los valores que para ellos son fundamentales.
Y ahora papá, te cedo la palabra como pregonero de esta Semana Santa, pero antes permíteme recordar que hace seis años quien subió a este mismo lugar del altar mayor fue la abuelita María, que desde el cielo te ayudará a que expreses con todo tu corazón lo que deseas transmitirnos.
Tuya es la palabra.
PREGÓN SEMANA SANTA CATRAL 2016
JUAN DE DIOS LEAL CASAINS
Vicario General de la Diócesis de Orihuela -Alicante y Sacerdotes de la Parroquia,
Excmo. Sr. Alcalde y Autoridades,
Sr. Presidente y miembros de la Junta Mayor de Cofradías y Hermandades de la Semana Santa de Catral,
Pregoneros que me antecedieron, Cofrades, Amigos y vecinos que sintonizáis los canales de las televisiones locales.
PREGÓN DE LA SEMANA SANTA DE CATRAL. AÑO 2016
PRÓLOGO
Muy buenas noches. Me van a permitir que para llegar al presente, parta del pasado, aunque para ello tenga que modificar la estructura habitual del pregón que tan dignamente han ejecutado mis antecesores, a los que aprovecho para felicitar y recordar.
Mi iniciación en los desfiles procesionales se remonta a finales de los cincuenta o principio de los sesenta. Recuerdo que me despertaban muy temprano y mientras me levantaba, luchando con el impulso de seguir en la cama, percibía un delicioso olor a monas que se extendía por toda la casa, aunque ellas…, las monas, seguían durmiendo. A todo correr, casi en volandas, llegábamos a la puerta de la Ermita y allí me incorporaba al grupo de niños, medio-dormidos como yo; el lugar era lo de menos, pues en aquella simpática anarquía todos campaban a sus anchas. Ante mí se erguía, sobre un impresionante trono repleto de flores, la majestuosa figura de Nuestro Padre Jesús Nazareno; y como siempre, encajada en sus sienes, la terrible corona de espinas, y sus ojos…, esos ojos que nos miraban con un poder cautivador, y que a mí me llenaban de estupor y de atracción
Mi compromiso con la Semana Santa y la colaboración con mi Cofradía y, después con la Junta Mayor de Cofradías, no ha cesado nunca. Desearía resaltar un hecho que muchos de los presentes conocen sobradamente. Durante cinco años he permanecido viviendo la Semana Santa de mi pueblo en la más absoluta intimidad, rodeado de pinceles, tubos de óleo, aceites, barnices, para dar cumplimiento al encargo que Pascual Flores Culiáñez, presidente de la Junta Mayor de Cofradías, en nombre de la misma, me hizo para la ejecución de diez lienzos de gran formato con motivos de cada una de las Hermandades de nuestra Semana Santa. En ellos han quedado reflejados los elementos constitutivos de las mismas: nazarenos con sus colores propios, capirotes, capas y orfebrería, estandartes, tronos…; en definitiva, todo aquello que caracteriza a cada agrupación. El resultado son los cuadros que pueden contemplarse en la Capilla de la Resurrección. Hoy es para mí una satisfacción haber podido plasmar nuestra Semana Santa y dejar así un testimonio para la posteridad. De la misma manera que me honra el haber pintado el estandarte de El Cautivo y el diseño del guión de La Merced.
Presentada, a modo de prólogo, mi implicación con nuestra Semana Santa, con la Semana Santa de mis vivencias, heme, pues, aquí, volviendo al PRESENTE para dar comienzo a mi exposición y divulgar la Semana Santa Catralense:
Este pueblo, el mío, el que todos los años abre su corazón al dolor de María y a la Redención de su Hijo, mostrará la pasión de Cristo tal como lo viene haciendo desde tiempo inmemorial. Ello tendrá lugar en nuestras calles entre los próximos 20 y 27 de marzo.
Entrados en Cuaresma, en esta Cuaresma de la Misericordia, las Hermandades abren sus puertas a la primavera y el trabajo que a lo largo del año ha venido planificando y realizando, tan dignamente, su Junta Mayor tendrá su momento de solemne presentación para general contemplación. También el mensajero está aquí ya, y no tiene otra misión que servir de puente entre los organizadores y su pueblo.
¡En qué larga meditación me ha sumido esta tarea -tan ardua como honorable- de pregonar la Semana Santa, en busca del sentido justo a nuestra manera de celebrar la muerte y pasión de Cristo! ¿Son las procesiones un folclore popular? ¿Acaso una pedagogía, como tantas veces ha hecho la Iglesia en tiempos más incultos, para ilustrar al pueblo sencillo y facilitar un conocimiento sensible del Misterio de la Redención? ¿Se puede caer en la idolatría por una devoción exagerada a las imágenes, que representan pero que no son las personas sagradas? Y nuestra Semana Santa, ¿qué tiene de propio, cuáles son nuestras costumbres locales? ¿Qué de peculiar compartimos con el entorno geográfico? ¿Cómo se facilita o, incluso, se estimula la afloración del sentimiento religioso?
A estas cuestiones pretendo, de la forma más escueta posible, dar respuesta en este pregón. Para ello, voy a desarrollar la exposición en torno a dos ideas centrales: las Cofradías como alma e impulso de los desfiles procesionales y la religiosidad como componente irrenunciable de sus celebraciones, y ello desarrollado a lo largo de los epígrafes siguientes:
1) LAS COFRADÍAS, ESAS ESTRUCTURAS COMPLEJAS.
2) EL SENTIMIENTO ÍNTIMO EN LA SEMANA SANTA BAJO EL SIGNO DE LA MISERICORDIA
LAS COFRADÍAS, ESAS ESTRUCTURAS COMPLEJAS
Entendemos una Cofradía de Semana Santa como la agrupación de personas que se reúnen para actos de culto y devoción en las celebraciones litúrgicas de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, y así las contemplamos cuando las vemos desfilar solemnemente detrás de sus estandartes y delante de sus espléndidos tronos. Pero todos sabemos que detrás de esa apariencia elemental, hay mucho más: son verdaderas empresas, en primer lugar para el fervor y la devoción -como queda definido- , pero que también se sustentan en una complicada organización interna, poco visible pero necesaria, y que contribuye también a su configuración e identidad. Una Cofradía necesita liderazgo, financiación, ordenamiento social y órganos de planificación y ejecución…, y colaboradores (esa pléyade de agentes externos que prestan una contribución imprescindible al fasto de las procesiones: artesanos, escultores, ebanistas, bordadoras, orfebres, floristas, electricistas, etc., etc.). Ahora bien, las personas son el alma y la vida de los desfiles procesionales. El trabajo grupal e individual es primordial y no se pueden dejar a la improvisación los objetivos que marcarán sus tiempos. Muchas son las personas que están sometidas a la disciplina interna de la Cofradía: Hermano Mayor, miembros de su Junta, nazarenos, manolas, costaleros, porta-carros, y ¿cómo no?, cofrades. A ellos hay que añadir los compromisos externos: agrupación musical, bandas de cornetas, agrupaciones corales y tantos y tantos elementos para que EL ARTE SALGA A LA CALLE. Desde aquí quiero expresar mi reconocimiento para toda esta labor silenciosa.
Nuestras Cofradías, hasta el último tercio del siglo XX, estaban asentadas sobre el patronazgo de algunas generosas familias que con gran sacrificio y tesón, mantenían imágenes legadas por sus antepasados y proveían lo necesario para su culto. Ello suponía una onerosa carga económica. Con gran acierto, los nuevos responsables abrieron las puertas de esta especie de patrimonio religioso a la participación de las personas que lo desearan; de esta manera, la colaboración, el reparto de responsabilidades y la aportación de recursos, han procurado nueva vida a las congregaciones.
La modernización de los desfiles procesionales ha permitido superar ciertos escollos que el estilo de vida actual requería. El desplazamiento de los tronos ha sido motivo y quebradero de cabeza para las Hermandades: hoy se cuenta con medios mecánicos rodantes o, en ciertos casos, se llevan los tronos a hombros, realzando la estética y el sentido penitencial del traslado.
Deseo hacer mención aquí también a una cuestión no menor, la del relevo generacional de los cofrades atrayendo a los niños para que se incorporen a las procesiones. Permítanme que me refiera otra vez a mis vivencias infantiles, cuando las tubas, también llamadas bocinas, se orientaban al Nazareno. El solitario sonido de la corneta, tocada por Paco Adsuar, era respondido, a renglón seguido por las bocinas, entonces tocadas por José Llopis Morante y Juan Rocamora; era el vulgarmente conocido TURURURURU RURURU RU. Al finalizar y, de manera espontánea, un estruendo de campanillas, manejadas por los niños, inundaba la calle. Esos acordes escuchados en la actualidad, me transportan al pasado; es decir, a la iniciación de los actuales penitentes. De ahí, que sugiero a la Junta Mayor y a las mismas Cofradías, que se ocupen con denuedo de las comúnmente denominadas GUARDERÍAS; ¡son el futuro de nuevas generaciones para nuestra Semana Santa!.
Íntimamente ligadas a los desvelos de las Cofradías está la música a interpretar en sus manifestaciones religiosas. Cuando los tronos comienzan a circular, el cofrade se complace en escuchar la marcha procesional que siempre le acompaña. He aquí, algunos títulos relacionados con esta celebración: Mater Mea, Cristo de la Sangre, Mektub (a sus acordes marcan los pasos, acomodándolos a sus ritmos, las costaleras de Ntra. Sra. De la Soledad), La Madrugá, Pasan los Campanilleros, etc
Ha llegado el momento de hacer una breve alusión a las Cofradías que hoy desfilan en nuestra Semana Santa. Ciertamente, hay agrupaciones de reciente creación, nacidas al impulso que han tomado las procesiones de Semana Santa en toda España; pero otras, las de toda la vida, hunden sus raíces en años lejanos e, incluso, siglos pasados.
Son nuevas las siguientes: Cofradía de Nuestro Padre Jesús Triunfante, creada en 1990 por los miembros de la Banda de Cornetas y Tambores Santos Juanes; Cofradía de la Santa Mujer Verónica, nacida en 2001, gracias al esfuerzo y compromiso de una familia catralense; Cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo y Nuestra Señora de la Merced, fundada en el 2003, y Hermandad del Sagrado Corazón de Jesús-Agrupación del Cristo del Amor en el Descendimiento de la Cruz, que inicia su andadura en el año 2012, tutelada, sin embargo, por la Muy Digna Hermandad del Sagrado Corazón, cuyo culto se remonta a 1891
Ahora me centraré en las Cofradías de más antigua tradición. Hay que advertir que la mayor parte de las imágenes son de reciente factura, realizadas en el siglo pasado para suplir a las que desaparecieron en nuestra contienda civil, con dos excepciones: la Virgen de los Dolores y la Virgen de la Encarnación.
Estas cofradías son: Cofradía del Cristo de la Salud y la Cruz de los Labradores: sus antecedentes se remontan al siglo XVIII por la existencia de una imagen de Cristo Crucificado y también por unos estatutos de carácter caritativo y gremial; Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y de Nuestra Señora de la Encarnación, en 1707 ya se veneraba una imagen de Nuestro Padre Jesús, lo que nos permite pensar que se consolida –como otras cofradías- a lo largo del siglo XVIII; Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, cuyos orígenes se remontan al siglo XVIII; Ilustre Cofradía del Santísimo Sepulcro, también del siglo XVIII; Cofradía de San Juan Evangelista, agrupación muy dinámica, activa más de un siglo, ya que fue fundada en 1883, Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores y el Santísimo Cristo de la Misericordia, fundada en 1882 y, por tanto, de notable antigüedad.
Unas y otras, las antiguas y las nuevas Cofradías han provocado un impulso innegable de renovación en nuestra Semana Santa; las nuevas, con su juvenil vitalidad; las anteriores, aceptando el reto y actualizando sus tradiciones y contenidos. De todo ello, disfrutamos y nos congratulamos.
En este lugar -obligado por la triste actualidad- hago un breve paréntesis para recordar a protagonistas notables de nuestros desfiles profesionales.
Deseo expresar mi reconocimiento al Hermano Mayor de la Verónica, Juan Grau Bernabé, y hago votos por su recuperación de la enfermedad que padece.
Lamentamos también el fallecimiento de dos dignos cofrades de la Cofradía de San Juan, Joaquín Lacal Garcia, Nazareno Mayor del año 2015, y David García Grau. ¡Descansen en la paz del Señor!
Próximo a cumplirse un año de aquel luctuoso suceso, se hace preciso recordar al Hermano Mayor y alma de la agrupación de La Soledad, José María Cabrera Candela. El 3 de abril de 2015, Viernes Santo, la Soledad hace su salida nocturna a hombros de sus numerosas costaleras. Su Hermano Mayor se sitúa, como habitual es en él, a su izquierda, silencioso, solitario, impávido y elegante. A cada parada, vuelve José María el rostro y contempla su Virgen de la Soledad, de la que ha sido, desde muy joven, devotísimo hijo y a la que ha dedicado todos sus desvelos. Restan a sus portadoras los últimos esfuerzos para concluir su promesa y paseo anual: a trescientos metros, la comitiva habrá cubierto el itinerario marcado.
Como una premonición, cito aquellos versos de Gerardo Diego, en los que el poeta asume compartir el dolor de la Madre y suplica a la Virgen:
Dame tu mano, María,
la de las tocas moradas.
Clávame tus siete espadas
en esta carne baldía.
Quiero ir contigo en la impía
tarde negra y amarilla.
Aquí en mi torpe mejilla
quiero ver si se retrata
esa lividez de plata,
esa lágrima amarilla.
Déjame que te restañe
Ese llanto cristalino,
Y a la vera del camino
permite que te acompañe.
Esa noche José María tendió su mano a la Virgen y su rostro se tiñó de esa lividez de plata…Fue José María un gran impulsor de nuestra Semana Santa y un gran cooperador en el resurgir de esta muy digna Semana Santa. ¡Descanse en paz!
EL SENTIMIENTO ÍNTIMO EN LA SEMANA SANTA BAJO EL SIGNO DE LA MISERICORDIA
La semana Santa de Catral, nuestra Semana Santa, tiene su historia, su tradición, proclamada en el esplendor de sus manifestaciones, el orden de sus desfiles, el ornato de sus pasos…Todo eso nos satisface, nos enorgullece. Pero hay más: no podemos olvidar que esta santa semana es para recordar el sacrificio de Jesucristo, para identificarnos con su padecer, para agradecer su acto de salvación… Nosotros los creyentes no podemos quedarnos en la magnificencia del espectáculo o en lo formal del festejo; para un creyente la Semana Santa es un sentimiento de fe y celebración piadosa o no es nada.
Quiero destacar ahora algunas de estas prácticas devotas que el pueblo creyente de Catral repite cada año con gran fervor y perseverancia, porque constituyen la entraña misma de la celebración pasional.
La asistencia de los fieles a la Misa de la Cena del Señor (y no a la de la Muerte, como vulgarmente es conocida) es algo tan ceremonial que nuestros vecinos asisten a este memorable acto como si verdaderamente fueran invitados a una celebración, ataviados con sus mejores galas; para muchos, es la ocasión de cumplir con el precepto de confesar y comulgar por Pascua Florida, como enseñaba el catecismo. Finalizada la misa, el sacerdote deposita las Formas Consagradas que serán dispensadas en los oficios de Viernes Santo, en un sagrario especialmente habilitado al efecto: es el Monumento; simbólicamente, representa la prisión de Cristo, que ha sido prendido y encarcelado. Convenientemente realzado, Cristo sacramentado se ofrece a la adoración de los fieles, que es tanto como convocarlos a que compartan con Él estas horas de angustia, vejación y castigo.
La Adoración de Cristo en su Monumento tuvo en otro tiempo un gran arraigo popular. Los turnos de vela estaban rigurosamente ordenados por agrupaciones religiosas de la localidad: Acción Católica, Amas de casa, Devotos de la Purísima y un largo etcétera; también las organizaciones juveniles tenían cabida y participaban con seriedad y respeto. Como personas piadosas debemos recuperar esos momentos de encuentro intimo con Dios. Esta ocasión en que el redimido se encuentra ante su Redentor, es el mejor antídoto para vencer la indiferencia hacia Dios y hacia el prójimo. Es pues el momento de la oración.
El Jueves Santo la Iglesia celebra también el Día del Amor Fraterno, otro acto de misericordia, que este año adquiere relevancia por la declaración del Papa Francisco.
Esa misma noche, el Cristo de la Salud desfila, como única imagen, en la Procesión del Silencio; ésta es una procesión de devoción, cuyo argumento es el rezo del Vía Crucis; procesión de recogimiento que transcurre en la oscuridad de la noche, iluminada por la luz insegura de los faroles de sus cofrades y acompasada la cadencia de su trono por el sonido del tambor; el Coro Parroquial desgrana sus cantatas en cada una de las estaciones.
En la madrugada del Viernes Santo, envueltos en la humedad y la soledad de la calle, hacen su entrada los intérpretes del CANTO DE LA PASIÓN; al grave sonido de dos enormes bocinas o “tubas”, se interpretan fragmentos de la Pasión de Cristo, haciendo bueno aquel dicho de San Agustín de que cantar es rezar dos veces. Parece ser que fueron los franciscanos los que introdujeron esta devoción, hacia el siglo XVI; la costumbre se ha conservado en muchos lugares, no sólo en Catral, y ahora los sucesores de aquellos músicos y cantores, mantienen tan rica tradición coral y musical.
CONCLUSIÓN
Amigos y vecinos, ha llegado el momento de concluir mi pregón; su contenido nos ha permitido percibir que el presente es consecuencia de un pasado heredado, en el que la fe de nuestros antepasados sigue viva en nosotros. Nuestra Junta Mayor de Cofradías ha sabido dignificar la herencia recibida y ha transformado, con el paso de los años, los talentos que en sus manos depositaron los antiguos fundadores de estas hermosas Cofradías y Hermandades.
Es mucho lo que un catralense siente y ama su Semana Santa. Año tras año veo pasar las imágenes protagonistas de la Pasión de Cristo y nunca me canso de admirarlas. Porque las quiero, porque forman parte de mí…
Debemos seguir enriqueciendo esta sentida Semana Santa, tan nuestra, en la que no solo vemos arte, belleza y color; también hay dedicación y esfuerzo. Debemos abrir además nuestro corazón y dar testimonio de nuestra fe; de ahí, que no podamos finalizar este pregón sin hacer mención a la actividad que nuestra parroquia tiene encomendada por el Papa Francisco en su Bula Misericordiae Vultus, , bajo el lema Misericordiosos como el Padre, en la que se nos dice que estamos llamados a tener la mirada fija en la misericordia para poder ser también nosotros mismos, signo eficaz del obrar del Padre.
Tanto amó Dios al mundo, que le dio su unigénito Hijo, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga la vida eterna; esto dice el Evangelio de San Juan, en boca de nuestro Señor.
Jesús es el rostro humano del Padre y, como tal, el protagonista exclusivo de la salvación que supuso su Pasión y Muerte. ¡Este es el acto supremo de misericordia! y si nosotros pretendemos ser imitadores de Cristo en esta Semana Santa, tenemos que incorporar el mensaje del Papa Francisco, que dice: Crecer misericordioso significa aprender a ser valiente en el amor concreto y desinteresado, (…) capaces de construir todos los días, incluso en las pequeñas cosas, un mundo de paz. No es tan difícil, porque MISERICORDIA es, simplemente, un sencillo acto de amor al otro
La Junta ha cumplido con su obligación, ha proclamado la Semana Santa del 2016 en mis palabras; antes aún se ha entregado a un prolongado e intenso trabajo, callado pero fructífero, para que la celebración tenga el esplendor y dignidad que se merece.
Ahora nos pide PARTICIPACIÓN. Sí , aquí y ahora, en la calle, en las procesiones, como penitentes o como respetuosos espectadores; en las ceremonias religiosas, en los momentos de soledad del Cristo yacente, en su Monumento, en el silencio del Jueves Santo… para que los actores y responsables de los eventos sientan el latir y el calor de este nuestro querido pueblo de Catral.
El mensajero ha cumplido su misión, con humildad pero con la mejor voluntad, y espera -lo reitera una vez más- una participación entusiasta en todas aquellas actividades que con rigor y esfuerzo ha programado la JUNTA MAYOR DE COFRADIAS DE NUESTRO PUEBLO DE CATRAL.
Muchas gracias amigos y vecinos.
NAZARENO DE HONOR 2016
E |
n el año 2010 se institucionalizó el nombramiento del NAZARENO DE HONOR, cargo que recae en aquellas personas o Entidades que se hayan distinguido por su colaboración, fomento y/o dedicación a nuestra Semana Santa y por extensión en nuestra comunidad parroquial.
En este del 2016, la Junta Mayor acordó por unanimidad, que en esta ocasión, debía caer en una persona que nos ha dejado sobrada muestras de su cariño y apego por Catral.
GABRIEL, el hijo del tío Juan Rocamora y de la tía Candelaria Martínez, correteando por la plaza se empapó de Catral y cuando echó a volar por esos mundos de Dios, siempre supo dónde estaba su nido, donde vuelve cada vez que puede, pues aquí, quedó parte de su esencia: sus hermanas (Candelaria, Mª Teresa y Lolita) y sus quereres, La Purísima, Santa Águeda, San Juan.
Muchos son los meritos que se han valorado y acumula Gabriel para ser elegido. No voy a hablar de los materiales porque a él no le ha gustado nunca que se sepan. Voy a hablar de los valores que transmite, a nosotros, sus vecinos, y a su pareja e hijos: Es, ese orgullo de pertenencia. Es, el poner en valor el verbo SER antes que el TENER. Ese verbo solo se conjuga con cariño y el cariño se corresponde con un abrazo, un sentido abrazo que le devolvemos con la nominación de NAZARENO DE HONOR DE LA SEMANA SANTA DE CATRAL 2016:
D. GABRIEL ROCAMORA MARTÍNEZ